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miércoles, 23 de mayo de 2012

Capitulo 4. parte 1. andrew & cristina


Era ya la hora del receso y Andrew salió al jardín del colegio con su bulto y el cuaderno de dibujo en mano, camino hasta alejarse un poco del tumulto de adolecentes hablando y al llegar a un lugar donde se encontraba un gran árbol se sentó bajo su gran sombra.

Abrió su cuaderno de dibujo y se acomodó en para estar mas cómodo, no estaba seguro de que quería dibujar, se puso a pensar pero pronto se distrajo. El descanso no duraba demasiado nunca, aunque más que todo era que el tiempo parecía irse volando siempre, y aunque le molestaba la presencia de algunas personas, por la única razón en particular por la que quería estar solo a veces era por que sentía que lo necesitaba, necesitaba pensar, escuchar sus propios pensamientos, resolver sus problemas, pensar en alguna de sus ideas ya fueran triviales o mas profundas, meditar o simplemente estar consigo mismo, escuchar música o leer un libro. Pero siempre apreciaba y espera la compañía de las personas que realmente eran sus amigos.



El viento movía las ramas de los arboles y Andrew se había puesto a leer recostado del tronco de el árbol, el ambiente estaba bastante tranquilo o eso le parecía, una ráfaga de viento desordeno su cabello y las paginas de su libro, Quito unos mechones de su cabello que le molestaban la vista y continuo leyendo.

De repente Andrew creyó oír un ruido proveniente de tras de él, miro hacia ambos lados pero no vio a nadie, pero cuando se disponía a seguir leyendo ya que tal vez hubiese sido solo su imaginación, al fijar de nuevo su vista en el libro no supo si sorprenderse o que, por lo que veía, un frijol de Carmelo y un pequeño osito de goma habían aparecido como caídos del cielo, pero eso era imposible....... a menos que….

Unas risitas de chica se escucharon por encima de su cabeza y de inmediato se le quito esa cara de sorprendido que se le puso por un segundo, miro así arriba de él  y allí en las ramas del árbol vio a la causa de todo aquello, dos chicas, Cristina y Daniela, las dos eran grandes amigas suyas y dos irremediables pequeñas acosadoras de su persona, aunque eso era mas bien lo que pensaba la gente, para el simplemente eran sus amigas.



-hola Andrew! … –lo saludaron las dos desde halla arriba, las dos sonreían, cristina traía una pequeña bolsita llena de caramelos y ositos de goma, lo cual explicaba los dulces que se habían caído.

-¿que hacen allí arriba ustedes dos?....- dijo Andrew.

-¿que? ya no saludas Andrew?....- dijo Daniela,  tenia puesto un abrigo marrón encima de su uniforme y ella si traía el cabello de su color natural que era un marrón claro, liso y corto cerca de los hombros, también era bastante bajita.

-ha…. “hola”… y no lo dije por ser odioso, es que se pueden lastimar si se caen desde allí arriba y eso…- dijo Andrew, tratando de darse a entender, con una expresión que seguía neutral.

La reacción de ambas chicas fue parecida, pero siendo según ellas, tan diferentes, aparentemente no lo demostrarían  todo el tiempo…

-hay, que lindo… oíste eso cristina? Se preocupa por nosotras…-dijo Daniela dirigiendo la mirada de Andrew a cristina.

-no es como si no me preocupara por ustedes casi todo el tiempo… pero ya, en cerio, bájense de allí, las monjas las van a ver… y además, parecen un par de gatas de Cheshire allí arriba, par de acosadoras sin remedio…-termino diciendo Andrew, sin intensión de ser grosero en ningún momento, al contrario, era muy educado con ellas casi todo el tiempo, y lo que dijo al final asta le dio risa.

-como si me preocupara que las monjas me vean aquí arriba…- dijo cristina casi sonriendo y pasando un mechón de cabello naranja detrás de su oreja- además… eso no es cierto… (Sonrío) yo soy tu única y oficial acosadora personal.

-ok… -se limito a decir Andrew.

-pero, sabes algo… así no parezco neko de Cheshire…-dijo Daniela, y de alguna parte saco un cintillo negro con un par de orejas como de gato pegadas.- así si parezco neko.- Y sonrió.



 El primer timbre sonó, Daniela y cristina comenzaron a bajar del árbol, en un rato Daniela ya estaba abajo pero a cristina todavía le faltaba un poco, y como todavía se encontraba a una considerable distancia del suelo, Andrew sentía y no podía quitarle la mirada de encima por que le ponía nervioso que se callera y se lastimara (y si! Era solo por eso!).

De repente se escucho un crujido proveniente de una de las ramas donde cristina se apoyaba, la rama se rompió lo cual hiso que cristina callera también, pero antes de que su cuerpo se impactara con  el suelo, Andrew corrió y la atrapo en sus brazos.

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